Antes de entrar en el tema es necesario conocer dos términos muy importantes con respecto al calor, el primero es la conductividad térmica, que es la facilidad con la que el calor atraviesa un material de una cara a la otra cuando hay una diferencia de temperatura entre estas. Y el otro termino es el coeficiente de conductividad térmica, que se define como la cantidad de calor que atraviesa un material de manera constante por unidad de tiempo.
Con respecto a la madera, esta es muy conocida como material para el aislamiento térmico usado en edificaciones, sobre todo en paredes y cubiertas, pero ¿a qué se debe que la madera aísle el calor? Bueno, esto se debe a que la celulosa que compone la madera tiene escasez de electrones libres en su estructura, los que son los encargados de transmitir el calor en forma de energía, al contrario de lo que pasa con todos los metales.
Otra característica que hace que la madera sea un aislante térmico por naturaleza es la disposición de las fibras celulosas que la componen, ya que estas están separadas entre sí, formando especie de poros o cavidades, lo que hace que su coeficiente de conductividad térmica este entre el de sus componentes sólidos y el del aire que rellena las cavidades o poros de la madera.
Estas características de la madera hacen que su coeficiente de conductividad térmica sea más bajo, el cual es directamente proporcional a la cantidad de calor que puede conducir un material, también es de tener en cuenta que el valor de este coeficiente para este material aumenta conforme aumenta la temperatura.
La conductividad térmica de la madera también depende de la humedad y de la densidad del tipo de madera que se use para el trabajo, y conforme estas dos propiedades aumentan, también lo hace su coeficiente conductividad térmica.