La madera de pino es uno de los tipos de madera más utilizados tanto en el ámbito de la construcción (vigas de edificios, puertas, ventanas,..) como en la elaboración de mobiliario, en estructuras agrícolas o incluso en carpintería naval. Este amplio uso es debido a sus buenas características mecánicas, su buena impregnabilidad, su facilidad de procesamiento y transformación y también a que se trata de una madera que existe en abundancia. Sin embargo, ¿tiene esta madera una buena resistencia al agua?
En primer lugar es necesario matizar el hecho de que la madera es un material que tiene un comportamiento higroscópico, es decir, que absorbe humedad tanto del aire como si está sumergida en agua. Si bien es verdad que cada tipo de madera lo hará de forma y en cantidades distintas.
En el caso de la madera de pino, esta presenta una alta permeabilidad (tanto a los líquidos como al vapor de agua) con una higroscopicidad de en torno a 3 kg/m3 y en 12% el porcentaje de humedad de equilibrio higroscópico. Por ello podemos decir que no se trata de un material resistente al agua.
Sin embargo, este tipo de madera tiene la cualidad de que seca rápidamente por cualquier sistema y además admite fácilmente diferentes acabados (tintes, lasures y barnices) y tratamientos químicos preventivos. Esta última característica es muy interesante, ya que si bien la madera al natural es permeable al agua, es posible someterla a tratamientos de impregnación que penetrarán muy bien en la madera y la harán impermeable.
Una vez impregnada la madera de pino resiste muy bien al agua, lo que le confiere una gran durabilidad a la intemperie. También hay que tener en cuenta que existen varios tipos de madera de pino, dependiendo de a cual especie de pino pertenezcan. De entre todos los tipos, aquella que tiene unas mejores prestaciones y una mejor resistencia al agua (sin tratamientos) es la procedente del pinus sylvestris.